Las personas tendemos a caracterizar las herramientas por sus cualidades, en vez de juzgarlas por el uso que les podemos dar. Es decir, algunas personas, por ejemplo, juzgan negativamente al internet porque, según su opinión, es adictivo; cuando, en realidad, podrían ver que es una gran herramienta para un sin fin de cosas. Todo depende de cómo el usuario decida interactuar con la herramienta.

Lo mismo pasa con una solución punto de venta. A veces, como lo demostramos en la publicación pasada, los usuarios tienen una visión reservada de su herramienta de punto de venta. Lo ven como una máquina que solo se puede usar en un entorno muy específico con funcionalidad limitada por ese mismo entorno.

Sin embargo, hoy, les traemos otro caso en el que unos jóvenes decidieron usar su solución punto de venta de una manera creativa y, así, solucionaron un problema que los había afectado de gran manera en el pasado.

El cliente, esta vez, se trataba de los organizadores de un festival de música que se realiza en el país de manera anual. No es el festival más grande ni más prestigioso. No llega a los niveles de audiencia que algo como el Vive Latino, sin embargo, sin ninguna duda, más de diez mil jóvenes, de manera anual, lo visitan y hacen uso de sus instalaciones. Año con año, se fueron sumando los asistentes, actos musicales participantes, así como participantes y, en general, el tamaño del festival.

Debido a estas nuevas necesidades, decidieron cambiarse a un nuevo lugar, más grande, para llevar a cabo el festival. Todos sabemos que con nuevas condiciones vienen nuevos retos y problemáticas por resolver. De esta forma, los organizadores del festival fueron resolviendo uno a uno todos estos retos. Con el apoyo de su equipo y de los patrocinadores, no había problema que pareciera no poder solucionarse… Excepto uno.

Año con año, dentro del festival, había un área dedicada al consumo, desde mercancía de los artistas, bebidas, comida, hasta creaciones de artistas visuales, diseñadores y demás objetos que tienen que ver con la cultura. Pero, la pregunta de los asistentes siempre era la misma: ¿Recibes tarjeta de crédito? Como pueden adivinar, ahí es donde la solución punto de venta entra en acción. Pero estos chicos decidieron darle un vuelco interesante.

Con las crecientes dimensiones del festival, no podían ofrecer una terminal POS a cada uno de los stands, pues sería demasiado complicado y costoso, después de todo. Entonces, se les ocurrió una ingeniosa solución, que contiene un guiño a las ferias de antaño. Ofrecerían el pago con tarjeta de crédito solo en ciertos puntos clave del festival, diseminados a lo largo y ancho del lugar donde se lleva a cabo. Específicamente, los stands donde se expenden las bebidas contarían con una solución puno de venta capaz de aceptar pagos con tarjeta de crédito.

Pero,  ¿qué hay de los demás vendedores? Pues, justo en estos puntos, se venderían boletos, por la cantidad deseada por el cliente, que podrían ser canjeados en cualquiera de los otros stands, al más puro estilo de una kermese tradicional. De esta forma, todos los comerciantes que participaban dentro del festival, podrían aceptar pago con tarjeta de crédito sin la necesidad de contar con un equipo cada uno.

¿Qué te parece la manera tan creativa de estos chicos de utilizar su solución punto de venta?

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